Verano entre mariposas Cap. 3

Cuando llegué a casa me estaba esperando Irene. Quería hacerme un tercer grado sobre la cita y yo accedí encantada. para mi había sido una cita perfecta pero conforme iba contándole como había sido ella estaba cada vez más disgustada.
-Pues vaya full tía.
-¿Por qué?
- Pues porque eso ha sido una caca seca.
- jajajajajaja ¿una caca seca? Tía cada vez me sorprendes más - no podía parar de reírme, incluso intenté tranquilizarme bebiendo un poco de agua, pero fue inútil ya que acabó en la camiseta de mi amiga.


  Pasaron los días y Luna no me llamaba, llevaba sin tener noticias suyas varios días, y, como en casi siempre, yo me puse histérica. "Ya no le gusto" " Ha conocido a otra chica" "¿Besaré mal?" . Mi cabeza iba a estallar con tanta pregunta.
 MI móvil sonaba. Me estaban llamando pero yo estaba tan alterada que ni lo escuché. Cuando quise darme cuenta ya habían colgado y en un intento de salir corriendo hacia la mesa a por la Blackberry acabé en el suelo con una herida en la frente. 
 Me sentía algo mareada y me toqué la cabeza, tenía un poco de sangre pero podría sobrevivir. Desde ese preciso instante le declaré la guerra al pico de la mesa. Una guerra un tanto absurda pero ahora no hay pico con el que darse.


 Cuando cogí el móvil vi que me había llamado la madre de Luna. Devolví la llamada. Comunicando: Volví a llamar.
 - ¿Si?
 - ¿Carmen? Soy Ana. He visto que me habías llamado.
 - Ay cielo- dijo con voz temblorosa- tengo que darte una mala noticia.... Han ingresado a mi hijo en el hospital. 
 - P-pero.............¿por qué?
 - Lo atropellaron el viernes cuando volvía a casa. 
 Sentí como mi mundo se iba oscureciendo. Volvía a casa después de dejarme a mi. era como si yo tuviese la culpa de todo. Me sentía mal. Si no me hubiese acompañado a casa no le habría pasado nada.
 - ¿Y esta muy mal? ¿En que hospital esta?
 - No, solamente tiene la pierna el brazo rotos. En el de Móstoles pero no quería decirte nada. Yo te he llamado a escondidas. 
 - ¿Y eso?
 - No quería preocuparte...
 - Pues lo ha empeorado, más que nada porque estar varios días sin tener noticias suyas no es que sea muy alentador.
 - Ya... bueno hija si vienes te lo agradecería porque está que no caga contigo y creo que le vendrías bien. 
 - No te preocupes. En media hora me tienes allí, pero no le digas nada, quiero darle una sorpresa. 


 Me cambié a toda prisa, cogí el dinero y me fui corriendo a la parada del autobús.


 Cuando llegué al hospital compré algo de picar y un Monster por si me daba hambre. 
 Llegué a la habitación sin ningún problema, Carmen me había indicado muy bien como llegar. Tras darla dos besos vi que Luna estaba dormido, le besé la frente y me limité a esperar pero después de todo lo ocurrido me quedé dormida apoyada en un lateral de la cama.
 Me despertó un suave olor a café y noté como él me acariciaba el pelo con delicadeza. Al alzar la cabeza vio mi herida y se alarmó. Cuando le conté la historia, simplemente, esbozó una sonrisa. 
 Pasé la tarde preguntándole por lo sucedido, entre carcajadas y lloros. 
- Sabes perfectamente que no tendrías que haber venido.
- Y tu sabes perfectamente que me tenías preocupa y que te quiero demasiado como para dejarte aquí solo. - Noté como mis mejillas empezaban a ponerse rojas, ¿había dicho yo eso? 
- Lo sé, pero no me gusta ser el centro de atención y lo sabes.
- Ya... pero quería venir...me sentía culpable....
- Tu lo que pasa es que eres tonta, no tienes la culpa, si esto a pasado ha sido por mi cabezonería en acompañarte a casa.
- Ya pero no habría pasado si no te hubiese dejado ir tan rápido...
- Pero me fui.....sabes que no quería, pero si no me iba habría acabado intentando otra cosa y contigo todavía no quiero.
- ¿A qué te refieres? 
- A que quiero ir despacio contigo para disfrutarlo todo minuto a minuto.
- No pensaras que soy una estrecha, ¿verdad?
- No... es porque......
- Porque..............vamos termina
- ¡Te Quiero!
 Ojiplática se podría decir como me quedé. Era la primera vez que Luna dejaba ver sus sentimientos y estos eran hacia mi. de repente comencé a llorar, no se muy bien por que pero lo hice.
- ¿Se puede saber que te pasa? Me declaro y lo único que se te ocurre es ponerte a llorar.
- Esto es muy fuerte para mi......lo mejor va a ser que me vaya a casa. Mañana te llamo. - Le di un beso en la mejilla y salí corriendo de la habitación.
Desbordaba felicidad por todos los poros de mi piel. Nunca me había pasado algo así.


 Cuando llegué a mi casa me puse a pensar en lo duras que iban a ser estas semanas sin él pero me di cuenta de que me iban a servir para preparar la cita que teníamos pendiente.
 Pregunté a sus amigos y todos coincidieron en que Luna nunca había pasado una noche bajo las estrellas. Esta era la mía. Me encantaba acampar y mas en verano que era cuando mejor se veían las estrellas. 
Me pasé una semana preparando la "acampada", pero no podía hacer nada hasta que Luna no saliera del hospital.

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