En Busca de la Verdad (ESMP2)

Era muy tarde. Todos dormían, o al menos, eso intenté yo. No podía dormir. Tan solo había pasado un año desde que llegué a la Tierra.
La fiesta que organizaron por mi cumpleaños fue genial pero me faltó Diego, que no pudo ir porque tenía que cuidar de su hermana. Durante la fiesta estuve algo confusa porque quería que él estuviese allí pero a la vez lo odiaba por no haber ido.
 Ya estaba amaneciendo, y yo no había dormido aún. Pero no me importó. ¡Llevaba década sin dormir!¿Me iba a preocupar ahora por eso?
 Hicimos lo mismo de siempre; desayunar, hablar un poco, arreglar la casa, etc.¡ Qué triste me sentía ese fin de semana! No vería a Diego hasta dentro de dos días. Y, no sé la razón, pero necesitaba hablar con él.
-¡Mamá!- comenzó a decir Nuria, mientras deboraba una tostada untada en mermelada de fresa- ¿Por qué no vamos al parque del centro de la ciudad a hacer un picnic?¡Porfi!¡Todas mis amigas van a hacer uno!
 Discutieron un poco, diciendo algo sobre tirarse por un puente con las amigas de Nuria, o algo así. Pero yo no les prestaba atención. Solo tenía ojos y oídos para pensar en Diego y los recuerdos del año anterior.
 - ¿Qué te pasa Musa? Te vemos muy seria hoy- me dijo África.
 - No, no me pasa nada. Siento estar seria- mentí.
 -¿Sabes? Vamos a hacer un picnic. ¿Te apetece?
 - Claro- volví a mentir.

 La verdad es que me animó mucho llegar al parque del que Nuria había hablado. Era realmente precioso. Había muchos árboles con las hojas de un verde intenso y un lago de agua cristalina, en el cual se encontraban unas pequeñas barcas surcando las aguas.
 Colocamos una especie de mantel a cuadros en el césped, bajo un árbol y fuimos poniendo la comida sobre el.
- ¡Hola!- gritó una voz chillona, que no conocía de nada.
- ¡Hey!¡Alicia! Yo también he convencido a mis padres para que vinieran- dijo Nuria.
 Entonces , la vi. Desde detrás de los matorrales, una niña con la misma edad que Nuria. Era morena, con los ojos verdes. Y llevaba un vestido blanco, algo poco apropiado para que una niña pequeña vaya al parque.
 - Musa, esa es Alicia. Es una niña de la misma clase de mi hermana. Y sus padres son amigos de los nuestros. Pero lo mejor esta por llegar, porque su hermanos es...-no le dio tiempo a terminar la frase.
 -¡Alicia!¿Dónde te has metido?- otra voz, esta vez masculina, llamaba a la chica que acaba de acercarse a su hermano. 
 No me gustó nada la cara de malicia que pueso África. Y tampoco me hizo mucha gracia el hecho de reconocer perfectamente eso voz.
 -¡¿Di-Diego?!
 Efectivamente. Apareció ante mis ojos con una camisa blanca y unos vaqueros.
 -¿Musa?- él también  parecía extrañado, pero no tanto como yo. La verdad es que siempre he admirado su capacidad para disimular sus emociones.
 -¡Oh, sí!- oí murmurar a África.
 Sus padre llegaron tras ellos y se sentaron a comer con nosotros, mientras que Nuria y Alicia se fueron a comer a la orilla del lago.
 -Chicas...- comenzó a decir Diego, refiriendose a África y a mi.- ¿Os gustaría dar un paseo en barca?
 Yo me quedé boquiabierta. ¡Qué verguenza tan grande ante sus padres y los míos! Pero me gustaba.
 - Esto, no gracias.- dijo África- He comido mucho hoy y no me encuentro muy bien. Pero, ¿por qué no te llevas a Musa? Ella no ha hecho eso nunca- A esto le añadió otra de sus sonrisas.
 - ¿En serio?- Me preguntó- De acuerdo. ¿Podría dar una vuelta a Musa en barco, por favor?- dijo dirigiendose a mis padres.
 - Si, claro. Siempre que a Musa le apetezca- No podían negarse ante la educación de ese muchacho.
 - Pues vamos, Musa.- Me cogió de la mano, y nos marchamos hacia una caseta al lado de la orilla. Allí, él se encargó de alquilar una barca. Nos subimos, y él fue remando con maestría. Yo no decia nada, pues no me salían las palabras. Pero no hizo falta, pues él, como siempre, tomó la iniciativa.
 - No sabía que formaras parte de la familia de África. Sabía que casi todo el tiempo lo pasabas con ella pero no supuse esto. Eso cambia mucho las cosas.
 Por fin, algunas palabras consiguieron brotar de mis labios.
 -¿A qué te refieres?
 - Me refiero a que...- hizo una pasusa dramática. Y sonrió de la misma forma de la que solía sonreir África.-... ahora puedo tenerte vigilada.
 Al principio, no comprendía que quiso decir Diego con eso. Quise preguntarle, pero en ese momento...
 -Hey, Musa, Diego....¡Siento interrumpiros, pero tenemos que irnos ya!- gritó África desde la orilla.
 No dije nada. Ni siquiera me despedí de él.

 -Venga, cuenta. ¿Qué es lo que ha pasado? Y no me digas que no ha pasado nada, porque lo sabré.- Me dijo África ya en casa.
 -No ha ocurrido nada- le dije, sin prestarle demasiada atención. No sé muy bien por qué, quizás me vió muy triste y pensativa o quizás desistió en preguntarme y nada más, pero me dejó sola tras darme un abrazo.
 Así que me quedé pensando unrato. ¿Por qué querría Diego tenerme vigilada? Me sentía tan triste que, simplemente, me fui a dormir. Ya no tenía ganas de pensar. Ya no me apetecía ver a Diego el lunes. No tenía ganas de hacer nada.

 - ¡Buenos días hermanita!- gritó Nuria el lunes, mientras me levantaba.
 El simple hecho de que me llamara "hermanita" me animó bastante.

  Cuando quise darme cuenta de donde estaba, me fijé que me encontraba en el pupitre de clase. y allí, a mi lado, estaba él.
  Tenía muchas ganas de irme pero vino un chico nuevo y Diego y yo nos miramos al darnos cuenta de que esa cara nos resultaba muy familiar.
  Era un chico alto, de pelo castaño y tenía unos ojos azules como el mar, en los que era casi imposible perderse.
 Diego y yo nos quedamos después de clase a preguntarle y a analizarle.
  -Hola, soy Musa y este es Diego, estamos encantados de conocerte.
  - Yo soy Caleb y yo también me alegro de conoceros.- Respondió amablemente.
 Nos pasamos dos horas hablando sobre nuestras familias y la vida en clase.

  Cuando salimos del colegio, Diego decidió acompañarme a casa para hablar.
- Estoy seguro de que es uno de los nuestros.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
- El tono de su piel, es como tú el año pasado. Además esos ojos no son normales en una persona de la Tierra.
- Bueno quizás tengas razón. Mañana le preguntaremos, ¿vale? De momento relajate y no te comas la cabez Diego.
- Esta bien, hasta mañana Musa.- Me dio dos besos y se fue a su casa.

  Cuando entré por la puerta África estaba esperandome con una de sus sonrisa y me dijo:
-¿Te gusta Diego, verdad? Sabes que no me puedes engañar y además estas roja.- Me sonrió y le devolví la sonrisa.
 Aquel día cenamos pronto. Así que como acostumbraba África, cogió su ordenador y comenzó a escribir "algo". Nadie supo que era ese "algo" hasta mucho tiempo después.
- Musa- me dijo en plena noche.
-¿Si?
- A ti te gusta Diego, ¿no?- me volvió a preguntar, me sacó de la cama y me sentó al lado suya fente al ordenador.- Mira Musa aqui hay información sobre él. Ese chico es muy serio. No tiene ningún tipo de página personal en ninguna red social conocida. Tan solo está algo de información en un periódico. Aquó tienes- me dijo, dejandome libre el oredenadory se fue.
Aquel periódico informaba sobre el enorme progueso de Diego abteniendo vairas becas de estudio. Pero había algo que me llamó la atención. "Este chico a sido un buen ejemplo de superacion, sobre todo, teniendo en cuenta el daño tanto físico como psíquico que sufrió en el incendio de hace unos años". ¿Incendio?¿Qué tenía que ver el con el incendio?

Estaba muy decidida esta vez o al menos eso creía yo. Por un momento me plantee dar la vuelta y volver a mi casa. Pero sabía que, si lo hacía, no podría conseguir mi objetivo de saber el secreto de Diego.
Me rondaba por la cabeza todos los días, cada segundo de la semana. Así que ají estaba yo, un sábado por la mañana, dirigiendome a su casa, para averiguarlo todo de una vez.
Cuando me disponía a llamar a la puerta.....¡PAM!
  Genial, me di un buen golpe, pues la puerta se abrió derrepente, dejando paso a Alicia.
- Ah, hola. Tu eres amiga de mi hermano, ¿no? Ups, lo siento, lo siento.
  Se puso muy nerviosa cuando vio que yo sangraba u poco, pero la intenté tranquilizar.
- Tranquila, no es nada. Apenas me ha dolido- mentí un poco, porque la verdad es que me sentía bastante mareada.
- Perdoname, por favor.¡Yo no quería hacerlo!
- Tranquila, que no pasa nada de verdad.
- Llamaré a mi hermano para que te cure- dijo algo más tranquila.- ¡Diego! Baja, por favor.
Cuando este bajó se puso muy nervioso.
- Pero, ¿qué ha pasado?
- Nada que cuando iba a llamar a la puerta salió tu hermana corriendo y me dio con la puerta.
- Alicia esque eres un desastre.
- Tranquilizate que no es nada.
- Anda vete al parque ya y dejanos solos- le dijo a su hermana furioso.
- Vale, lo siento mucho Musa, de verdad. Adios.

  Mientras que me curaba estubimos hablando sobre el incendio y me contó que fue causado por una barbacoa organizaba por ellos. Y debido a eso él sufrió grandes quemaduras.
  De repente oímos un ruido abajo y fuimos a ver de que o de quien se trataba. Y cuando llegamos a abajo nos encontramos con Caleb, que había venido a llevarnos a hablar con Crysania, nuestra antigua reina.

   Cuando llegamos al Salón de las Melodías Perdcias todos nos miraban con desprecio.
  Nos llevarona una gran sala blanca con acabados en plata. Nos hiciernon todo tipo tipo de preguntas. Y, entonces, como siempre, Diego tomó la iniciativa.
- Mire, si sabe que no nos va a convencer, ¿po qué no nos deja en paz?
- Porque soy vuestra ama y debeis servirme lealtad- dijo Crysania con aires de grandeza.
   Y entonces me brotaron las palabras de la boca y había quien me callara.
- Pues quiero que sepa una cosa, si nos hemos quedado en ese mundo es porque nos gusta y nos sentimos acogidos. Allí si eres sincero contigo y con los demás a parte de ser mejor persona, la gente te aprecia mucho, mientras que aquí todos estamos regidos por un  patrón y no podemos incumplirlo porque sino somos castigados. ¿Eso es lo que pretendeis?¿Quereis que seamos personas sin alma y personalidad propia?
  Nadie sabía que decir al ver la gran verdad que acababa de soltar y a mi arrebato Diego añadió:
- Otra cosa que musa no te ha dicho. Allí hay amor, que por si no lo sabes es algo inesplicable y es una de las muchas que yo siento por Musa.
Yo me quedé de piedra. Diego se me acababa de declarar sin darse cuenta y el al decirlo se puso rojo como un tomate pero no se lo pensó dos veces y me planto un beso de película.
  Al ver que teniamos sentimientos el uno por el otro y que ya no la serviamos para nada Crysania dijo:
- veo que habeis desarrolada unos sentimientos descomunales que aqui no voy a tolerar así que si quereis podeis marcharos pero os digo que si os arrepentis y quereis volver las puertas van a estar cerradas.


  Hoy han pasado ya 11 años y me voy a casar con el que durante un tiempo fue mi mejor amigo pero no ha sido facil, porque hemos tenido nuestros baches y nuestras caídas. Porque si quieres a alguien de verdad has de luchar por el y apoyarla en todo lo que necesite.