El Poder de la Escritura

A los dos días despertó. Desconcentrado, miró a todos los lados en busca de una explicacion.
Intentó levantarse pero, debido al golpe, le resultó imposible, y como no le veía otra salida, comenzó a gritar.
Seguidamente Vainilla se precipitó por la puerta al oírlo. Llevaba una bandeja con un vaso de agua y un cuenco lleno de una sustancia que emanaba calor, parcía sopa, pero no tenía nada que ver.
El visitante del bosque pensó que tenía alucinaciones porque la joven que le atendía tenía alas. Balbuceó un poco pero era casi imposible intentar interpretar lo que decía, y la ninfa empezó a explicarle todo:
- No hagas esfuerzos, todavía estás muy débil. Mi hermana y yo te vimos escribiendo ese poema y nos quedamos a escucharte, escondida entre los matorrales. Cuando vimos que te tirabas, fuimos a socorrerte, y ahora estás aquí, después de dos dís.
- Pero, ¿por qué me salvasteis? No tengo ningún valor que pueda serviros de mucho.
- No podíamos dejar que un hombre como tú muriese. Tú, tienes un Don, llevas la ilusión y la alegría a todos los lugares que visitas. eres una especie de juglar, pero actual.
-¿Se ha despertado ya?- Preguntó Percvinca, asomando la cabeza por la puerta.
  De nuevo el Hombre que miraba al Cielo volvió a pensar que sufría alucinaciones, y en ambas ocasiones lo achacó al caldo que le dieron.
- Bueno, no nos has dicho como te llamas.- dijo Vainilla y al ver que él no pretendía decirselo continuó- Esta es Pervinca y yo soy Vainilla. Y tu eres....
-Me llamo Victor.
-Ohh un nombre precioso, y a la vez muy bien elegido para ti- dijo Pervinca- se aprecia que eres un gran conquistador solo con mirarte a los ojos.
- Si? Y el vuestro... ¿que significa?
-El mio es dulzura y sencillez- respondió Vainilla- y el de mi hermana poder y sabiduría.
    Pasados unos días Victor se fue familiarizando con las ninfas y poco a poco ellas le fueron enseñando cosas sobre la naturaleza y le dieron muchos motivos para los que seguir escribiendo. Pero esto le llevo a comunicarles que había llegado el momento en el que él debía partir hacía nuevas tierras a seguir proclamando alegría entre la gente, Vainilla y Pervinca se entristecieron pero a la vez se alegraron porque gracias a ellas eso hombre seguía vivo y continuaba con su sueño.
-Me habeis convertido en un hombre nuevo. No sé como, pero ahora me siento mucho mas vivo y con más fuerza. Habeis sido mi salvación y ahora quisiera entregaros esto.- Victor sacó de su bolsillo dos manuscritos y le entregó uno a cada una y prosiguió- Durante estos días atras me he dado cuanta de lo mucho que significais para mi y he decidido reescribir el poema con el que empezó todo, "El canto del Cisne". Ahora seguiré mi camino como juglar y comenzaré un nuevo poema llamado "El poder de la escritura" en el que os dedicaré algunas paginas. Muchísimas gracias por todo lo que habeis hecho por mi.- Dicho esto dio un beso a cada una y se alejó entre la niebla sin dar pie a que alguna hablase. Ambas se quedaron llorando bajo el árbol en el que lo habín observado escribir aquel día.
  Entonces el hombre que acariciaba los árboles desapareció y no se ha vuelto a saber nada de él aunque el Otoño cuanta que Victor sigue repartiendo alegría y humildad por todo el mundo.